Parafraseando a Leszek Kolakowski, podríamos decir que la inconsistencia es y será el motor de todo progreso. La incoherencia desagrada, pero también es la que permite avanzar, hacer, resolver. Hemos y seguiremos siendo inconsistentes en el mundo ágil. Tal vez lo que importe no sea tanto cuán inconsistentes seamos hoy, sino qué podemos aprender de ello para tener un mañana mejor, incoherentemente más coherente.
Si tuvieran que decidir, ¿dirían que una conferencia espectacular se parece más a una máquina o a un organismo? ¿Podemos predecir qué sesiones causaran qué efecto? ¿O terminamos entendiendo qué funcionó y qué no única (y apenas) en retrospectiva? Si un encuentro entre personas exitoso es mejor descrito como un sistema complejo antes que complicado, ¿por qué seguimos apelando a herramientas pensadas para estos últimos? Tal vez por la misma razón por la que lo hacemos a la hora de desarrollar software.
Este keynote carece de opciones para ustedes. Tanto su temática como su formato y orador fueron decididos hace tiempo por otros. Conocemos maneras más adaptativas y autoorganizadas de decidir quién habla y sobre qué en una conferencia y sin embargo seguimos apelando a lo viejo y desvencijado ¿Por qué? En parte porque somos inconsistentes para poder sobrevivir, avanzar, hacer. En parte también porque somos criaturas inerciales. Hoy nos convoco a un cambio razonado. Recorramos cada uno de los miedos que suelen darnos cuando pensamos en una conferencia distinta, más cercana a los principios ágiles. Les prometo sol después de la tormenta.
